Sin azúcar, sin pantallas, con horarios rígidos y actividades impecables: esa es la postal de la “crianza perfecta” que muchas familias consumen a diario en redes sociales. Padres e influencers muestran loncheras equilibradas, chicos con rutinas estrictas y estrategias educativas infalibles. El problema es que, detrás de esas imágenes, hay una presión silenciosa que afecta tanto a los adultos como a los hijos.
“Mucha gente cree que los buenos padres deben ser siempre pacientes, cariñosos y tomar las decisiones correctas. Pero en la vida real, ningún padre puede ser perfecto todo el tiempo”, señala la Dra. Divya Shree KR, psiquiatra del Hospital Aster CMI (India).
La presión por ser “el padre o madre ideal” lleva a la culpa cuando se cometen errores. Esa culpa puede convertirse en so