El gobierno generó una innecesaria polémica al modificar la urgencia del proyecto de Ley de Eutanasia, decisión que, en la práctica, aplaza su discusión en el Congreso hasta después del viaje del presidente Gabriel Boric a El Vaticano, donde se reunirá con el Papa León XIV.
El 1 de octubre, La Moneda había resuelto otorgar “discusión inmediata” a la iniciativa, atendiendo las reiteradas solicitudes de parlamentarios oficialistas que buscaban acelerar su tramitación.
Sin embargo, apenas una semana más tarde, el Ejecutivo ingresó un nuevo oficio, rebajando la urgencia a “suma”, lo que amplía el plazo del Senado a quince días para despachar el proyecto.
Aunque desde el Gobierno no han entregado una explicación formal, en el Congreso la lectura transversal es clara: se busca evitar q