Vivir en una ciudad tiene sus ventajas y sus desventajas. Puedes disfrutar de espacios para múltiples actividades, lugares de contacto con amigos y servicios cercanos. Pagas unos impuestos que en el campo o pueblos menores no pagas, pero, en compensación, tienes un ayuntamiento al que puedes demandar ayudas y mejoras incluso quejarte de que no te hacen caso o de que no cumplen lo prometido. Es ley de vida… urbana y actual. Pedid y se os dará, un dicho bíblico que en la vida municipal tiene bastante vigencia. Pides peatonalizaciones, pues toma peatonalizaciones, pides zonas verdes, lo mismo, quieres festejos, pues festejos (aunque a veces no te dejen dormir). Y, claro, no siempre pides y te dan. Incluso te dan lo que no pides, a veces hasta para mal. En el caso del que aquí se trata, no es

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