A medida que el año fue avanzando, las expectativas del mercado inmobiliario fueron mutando.
En el arranque de 2025, se especulaba con una macroeconomía estabilizada y una oferta creciente de créditos hipotecarios. Y aun cuando es un año electoral, el sector suponía que iba a experimentar una evolución muy positiva.
El primer semestre estuvo relativamente a la altura de lo esperado. La venta de porpiedades y el lanzamiento de nuevos proyectos reflejaban el mejor ánimo.
Sin embargo, esa dinámica se ralentizó, no solo por la cercanía de las elecciones legislativas y un ruido político mucho más intenso que lo esperado, sino también por un frente financiero más complicado.
Los últimos datos de la Cámara Empresarial de Desarrollistas Urbanos de Córdoba (Ceduc) marcan que en junio (último me