En los debates actuales, que han regresado debido al actuar de Isabel Diaz Ayuso, confluyen varios vectores complejos: el derecho de algunos médicos a objetar el aborto, la preocupación por una población que envejece, las barreras migratorias que cierran puertas y la cifra persistente de interrupciones voluntarias del embarazo. Estos elementos no están aislados: se entrelazan y generan choques de derechos, dilemas éticos y tensiones sociales.

El reconocimiento del aborto legal no exime que algunos profesionales sanitarios sientan que realizarlo va contra sus convicciones éticas, religiosas o morales. En España, la reforma de 2023 a la ley orgánica 2/2010 de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, estableció en su artículo 19 Bis el registro obligatorio d

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