Yolanda Soler es una judoca alicantina a la que su memoria le tiene enmarcado como mejor recuerdo deportivo el vivir como deportista los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Tenía tan solo 21 años y por aquel entonces no se esperaba que cuatro años más tarde, en Atlanta 96, se subiría a un podio con una medalla colgada al cuello.
Aquel bronce que aún conserva en casa —y desempolva de vez en cuando por empeño de sus hijos— ha sido un faro que ha iluminado su vida y la de su familia. Ariane y Julen son sus dos hijos, ambos judocas como su madre y como su padre, José Tomás Toro .
Los dos progenitores estuvieron en aquellos JJ.OO. de Atlanta, su hija Ariane ya sabe lo que es pisar unos Juegos, lo hizo en París, y es una de las grandes esperanzas de medalla para el judo español en Los Ángeles