Si hay alguna hortaliza que reine en otoño, esa es sin duda alguna la calabaza. Protagonista de esta temporada junto a las castañas, las setas, los caquis, las peras y las granadas o la familia de las coles, la calabaza es una verdura que se adapta fácilmente a recetas tanto dulces como saladas. Es perfecta para preparar un sinfín de sopas y cremas, para tomar como guarnición de carnes o pescados, como base para unas albóndigas veganas o como acompañante de otros ingredientes en ensaladas o arroces con un toque muy otoñal.

Pero está muy rica también simplemente cortada en algunas porciones, sin retirarle la piel y asada al horno con un poco de azúcar o miel y canela. Y no hay que perder de vista tampoco su versatilidad a la hora de preparar postres como magdalenas, buñuelos, flanes, gofres, tortitas, tartas de queso con esta hortaliza y bizcochos, como el que te proponemos de calabaza y yogur, muy sencillo de hacer y con un resultado muy jugoso. El aroma que se escapa del horno mientras se asa un dulce de calabaza nos transporta directamente a las tardes grises y lluviosas de otoño e invierno, mientras que su irresistible sabor nos reconforta de un bocado.

De la familia de las cucurbitáceas, la calabaza posee un alto contenido en vitamina C. De hecho, con una ración “se cubre un 31% de las ingestas diarias recomendadas”, según la Federación Española de Nutrición (FEN). Entre sus propiedades nutricionales también destaca su contenido en carotenoides, que “se transforman en vitamina A en nuestro organismo”.

La receta de bizcocho de calabaza con yogur

Para la preparación de este bizcocho necesitaremos 15 minutos y otros 45 de horneado

Este bizcocho no tiene mucha complicación y tampoco tendremos que invertir mucho tiempo en la cocina para poder hincarle el diente. La receta que te vamos a proponer es algo diferente, pues la calabaza se añade en crudo, no vamos a tener que asarla previamente. Para unas diez personas estos son los ingredientes que vamos a necesitar:

  • Unos 400 gramos de calabaza ya pelada
  • Un yogur natural sin azúcar, puede ser griego
  • Unos 150 gramos de mantequilla sin sal derretida
  • 3 huevos de tamaño grande
  • 150 gramos de azúcar moreno
  • 50 gramos de harina de almidón de maíz y 200 de harina de repostería
  • Una pizca de sal y 15 gramos de levadura química
  • Una pizca de canela
  • Unos 5 ml de esencia de vainilla
  • Y decoraremos con azúcar glasé

Para su elaboración vamos a necesitar 15 minutos, aunque después tendremos que contar otros 45 o 55 minutos para el horneado. Mientras precalentamos el horno a 180 °C, vamos a ir derritiendo la mantequilla en el microondas o en un cazo. Engrasaremos un molde —mejor redondo— con mantequilla y algo de harina.

Vamos a pelar la calabaza, y si tienes procesador de alimentos o picadora, los usaremos para triturar su carne. En caso contrario, podemos rallarla a mano, aunque nos llevará más tiempo. Mezclamos la pulpa triturada o rallada con el yogur y reservamos esta mezcla. Mientras, vamos a batir los huevos y el azúcar moreno utilizando una batidora de varillas. Tiene que quedar un líquido bastante denso. Cuando hayamos alcanzado el punto deseado, añadimos la mantequilla y la vainilla y seguimos batiendo para mezclar todo bien.

Ahora vertimos el yogur y la carne de la calabaza y volvemos a mezclar. Sobre todos estos ingredientes vamos a tamizar el resto, la maicena, la harina, la levadura, la canela y la sal. Una vez todo en el mismo bol, toca trabajar un poco esta masa. Podemos hacerlo con una cuchara de madera, por ejemplo, hasta que todo esté integrado.

Ya solo queda llenar el molde y llevarlo al horno sobre una bandeja de rejilla entre 45 y 55 minutos, dependerá de la potencia del horno. Es preferible vigilar el proceso para evitar que se queme. Transcurrida la primera hora, puedes bajar la temperatura a 175 °C. Una vez esté ya horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar un poco antes de desmoldar. Con el bizcocho ya fuera del molde, dejamos que se atempere y añadimos el azúcar glasé para decorar y ya podemos disfrutar de este rico bizcocho otoñal.

La versión sin gluten

Para la versión sin gluten usaremos harinas de avena, arroz y maíz y puré de calabaza asada

Para esta versión sí que vamos a utilizar puré de calabaza, que conseguiremos asando esta hortaliza y escurriendo muy bien la pulpa. Este paso es opcional, pero el resultado es mucho más sabroso si eliminamos parte del agua que contiene. Vamos a emplear, además, harina de avena. Si realmente tienes intolerancia, asegúrate de que la harina que utilices está certificada como libre de gluten. También valen copos, que podemos triturar en casa. Estos son los ingredientes que necesitaremos para una decena de personas:

  • Unos 350 gramos del puré de la calabaza ya asada
  • Un yogur natural o griego sin azúcar
  • 4 huevos de tamaño grande
  • Harinas: 100 gramos de avena, 110 de arroz y 60 de harina de almidón de maíz
  • 120 gramos de azúcar moreno
  • Unos 60 gramos de almendras molidas
  • 5 ml de esencia de vainilla
  • 100 gramos de aceite de oliva suave o de girasol
  • Una pizca de sal, una cucharada de postre de canela, otra de jengibre molido y otra pizca de nuez moscada
  • 8 gramos de levadura química
  • 4 gramos de bicarbonato sódico
  • Y para la decoración, azúcar glasé

Vamos a precalentar el horno a 180 °C y a cubrir un molde con papel vegetal o engrasarlo con mantequilla, como prefieras. Mientras preparamos una mezcla con el puré de calabaza, el yogur, los huevos, la esencia de vainilla y el aceite y batimos con una batidora de varillas. Se le añade ahora el azúcar, y se vuelve a mezclar bien. En otro bol vamos mezclando con varillas pero de forma manual todas las harinas, la almendra molida, la levadura, las especias, la sal y el bicarbonato y lo vertimos en la otra masa poco a poco y removiendo manualmente.

Ya solo queda hornear, sobre la bandeja de rejilla y el mismo tiempo que en la otra versión. Entre 45 y 55 minutos aproximadamente, revisando que no se queme. Dejamos enfriar un poco para desmoldar y decorar con el azúcar glasé.