La llegada del iPhone Air ha traído consigo un cambio importante en la manera de conectarnos. El modelo rompe con lo que conocíamos hasta ahora; ya no lleva ranura para la típica tarjeta SIM. En su lugar, depende únicamente de la eSIM para que tengamos cobertura de llamadas y datos. Este giro tecnológico nos obliga a mirar hacia el futuro de la conectividad móvil desde otra perspectiva.

La eSIM, también conocida como SIM virtual, es un pequeño chip que ya viene integrado en el interior del móvil. Es decir, no se extrae ni se inserta como las tarjetas tradicionales, sino que está instalado de fábrica en la placa base del dispositivo.

La forma habitual de activarla es escanear un código QR que facilita la compañía telefónica o, en algunos casos, hacerlo directamente desde la aplicación

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