El sábado 16 de septiembre de 2023, Sam Terblanche, estudiante de tercer año en la Universidad de Columbia, fue a un partido de fútbol americano al Yankee Stadium. En el trayecto en metro hasta allí, le dijo a sus amigos que se sentía muy mal. El domingo, fue a urgencias quejándose de dolor de cabeza y escalofríos. El lunes, más enfermo, volvió a ir. En ambas visitas, Sam fue dado de alta con un pronóstico tranquilizador: “síndrome viral agudo”.

Cuando salía del hospital el lunes por la noche, Sam les contó a sus padres vía mensaje de texto: “Solo es un mal virus, tendré que tomar advil, vomitar e hidratarme”, escribió.

“Uf”, respondió su padre, “Buenas noticias de que no hay nada grave (supongo)”.

El jueves 21 de septiembre, el padre de Sam, Villiers Terblanche, recibió una llamada de

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