Yhoy más que nunca, la Navidad en Venezuela comienza con el primer brillo en el cielo de octubre. No espera calendario ni permiso: se adelanta con alegría, con música, con aroma a hallaca y pan recién horneado. Es una fiesta que se instala en el corazón y se expande por cada rincón del país, como una bendición que no se detiene.

En Valencia, la Navidad es maravilla pura. Las plazas se llenan de luces, los barrios se adornan con creatividad, y las gaitas resuenan como himnos de felicidad. Las familias se reúnen para cocinar, cantar, abrazarse. Cada casa se convierte en un refugio de ternura, cada calle en un escenario de celebración.

Los pesebres se arman con devoción, los arbolitos se visten de color, y el espíritu navideño se siente en cada gesto: en el saludo del vecino, en el regalo i

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