Una de las brechas de género más persistentes que tiene actualmente el mercado laboral colombiano es la de la carga desigual del trabajo doméstico y de cuidado, que sigue recayendo mayoritariamente sobre las mujeres.
Según cifras del DANE, a 2025 las mujeres destinan el 17,6% de su tiempo al trabajo doméstico no remunerado, mientras los hombres solo destinan el 5,2%. Son casi cuatro veces más tiempo que la población masculina, un desbalance preocupante que se presenta, mayoritariamente, en la población entre los 25 y 44 años.
Esto es un asunto institucional, por supuesto, pero las empresas también deben jugar un rol en la transformación de este panorama. Además de reconocer el problema, tienen el compromiso y la capacidad de implementar políticas que faciliten una redistribución real de