El otoño en León es mucho más que un cambio de paisaje: es un cambio de sabor. La provincia se llena de aromas a leña, guisos y vino nuevo. Los bosques ofrecen setas y castañas, los pueblos rescatan recetas centenarias y las mesas se convierten en el mejor refugio frente al frío tras un verano de intenso calor en el que echarlo de menos. Viajar a León en otoño es, en realidad, hacer un viaje al paladar. Platos que saben a otoño El botillo del Bierzo, rey de los fríos Pocos platos representan tan bien el espíritu berciano como el botillo. Este embutido ahumado de cerdo —potente, aromático y reconfortante— se convierte en protagonista en cuanto las temperaturas bajan. Acompañado de cachelos, chorizo y repollo, es el plato por excelencia de los magostos y las comidas familiares. No falta en l

See Full Page