Al doctor Crespo brindó Bruno Aloi el primero de la tarde en . No era el novillo, pero sí la ocasión. En sus manos salvadoras había caído herido grave en El Álamo. La dureza del toreo no distingue. Es cualquier día. En cualquier momento, en el más inesperado. De ahí la cara de preocupación de su padre la tarde antes que no podía ocultar. Lo que se pasa no lo sabe nadie. Detrás del brindis no se pudo hacer nada porque el novillo de Fuente Ymbro además de feo fue inválido. A sí que el esfuerzo de Aloi para llegar a Madrid tras la cornada no puedo tener mucha recompensa.

Informal fue el cuarto de la tarde que lo mismo iba y venía que se metía por dentro. Se alargó mucho Bruno Aloi con la idea de exprimir al máximo la oportunidad, pero acabó por hacerse la faena demasiado larga y en esa

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