Durante años, muchos centros de contacto se guiaron por una lógica simple: volumen. Si llamabas lo suficiente, alguien atendería. Ese libreto ya no funciona. En Chile, el marco regulatorio y el comportamiento del consumidor están empujando un giro histórico que cambió de insistir a consensuar, de interrumpir a aportar valor.

Tres señales lo confirman. La primera es la Ley 21.719, que moderniza la protección de datos personales, crea la agencia y eleva el estándar de consentimiento, transparencia y seguridad. Si usas datos para contactabilidad, debes justificar la base legal, registrar tratamientos y demostrar “accountability”: en la práctica, un sistema que deja huella verificable de que se respeta el consentimiento.

La segunda es el “No Molestar” del SERNAC, que hace exigible que, cuand

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