Es la despedida a un compañero de trabajo, a un viejo conocido del mundo del fútbol. Pero sobre todo, a un amigo. Claudio Úbeda atraviesa horas cargadas de dolor por la muerte de Miguel Ángel Russo , a quien acompaña en el cuerpo técnico desde hace años. Y juntos llegaron a Boca, a mediados de este año: Russo como técnico y Úbeda como su ayudante.
Las internaciones del DT hicieron que en varios partidos ocupara su lugar en el banco de suplentes. Ahora, con la partida de Miguelo -como lo conocían todos- será el Sifón -el apodo que Úbeda carga desde sus años de futbolista- quien se quede a cargo del plantel al menos hasta fin de año, tras ser ratificado en estos días por el presidente xeneize, Juan Román Riquelme . Continuará el legado de su amigo.
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