En el Ártico existe una frontera decisiva para el futuro climático del planeta: la zona de hielo marginal (MIZ, por sus siglas en inglés), donde el hielo marino flotante se encuentra con el océano abierto. Esta frontera dinámica define el ritmo del deshielo global. Cuanto más extensa se vuelve, más vulnerable es el hielo y más acelerada es la desaparición del Ártico.
En septiembre de 2025, la extensión total de hielo marino en el Ártico se redujo a 4.6 millones de km², uno de los mínimos históricos registrados por el Centro Nacional de Datos de Hielo y Nieve (NSIDC). En las últimas tres décadas, la MIZ ha aumentado un 30%, volviéndose más amplia e inestable. Lo que antes era una muralla compacta de hielo ahora se fragmenta en miles de bloques vulnerables al oleaje y al calor oceánico.
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