En abril de 1929, la editorial Prensa Moderna, situada en la madrileña calle Larra 13, bien conocida por sus libros de pequeño formato dedicados a la divulgación de obras de nuestra literatura entre el gran público, a través de colecciones como “El Cuento Azul” y “El Teatro”, empezó a editar los domingos lo que hoy llamaríamos un “pulp” y antes “folletín” de literatura juvenil titulado “El Sheriff”, al módico precio de 30 céntimos. Eran novelitas anónimas, no sabemos si de un solo autor o de varios, naturalmente españoles, aunque la editorial se empeñaba en publicitar una supuesta autoría norteamericana, como era habitual por aquellos años, en los que la literatura de quiosco española se vendía siempre bajo los más audaces seudónimos.
Lo curioso de esta serie de literatura popular fue su