Brian Wilson era un genio y ese era su problema. Escribía las mejores canciones pop de su tiempo, mientras miraba (y escuchaba) lo que hacían Los Beatles. El sabía que podía hacerlo mejor. Lo intentaba y lo lograba. Pero Los Beatles (o deberíamos decir Paul McCartney) no tenían más remedio que superarlo. Y lo lograban. Pero, ¿qué era peor que ponerse a competir con Los Beatles y dar la talla? Competir con uno mismo cuando se es un genio. Y Brian Wilson, que lo era lo sabía, compitió con Los Beatles y con si mismo. Y enloqueció.
Para mediados de los 60, Los Beach Boys era una de las bandas más exitosas de Estados Unidos, pero tenían una particularidad: su líder había decidido dejar de actuar en vivo y dedicarse plenamente a la composición y el trabajo en estudio. Mientras tanto, la banda c