CARACAS (AP) — María Corina Machado ha sido desde hace tiempo el rostro de la resistencia al partido que ha gobernado Venezuela durante 26 años. Ahora también podría convertirse en un símbolo de paz.

Machado, la poderosa opositora venezolana que impulsó a millones de compatriotas a rechazar al presidente Nicolás Maduro en las elecciones del año pasado, fue galardonada el viernes con el Premio Nobel de la Paz por su trabajo "para lograr una transición justa y pacífica" del poder en el país sudamericano. El premio también reconoció a la experimentada política por ser una "figura unificadora" en la fracturada oposición.

Sin embargo, el premio se otorga en un momento en que simpatizantes de la oposición cuestionan su liderazgo, incluido su apoyo a la política del presidente estadounidense Donald Trump hacia Venezuela, por la cual migrantes venezolanos han sido enviados a una trístemente célebre prisión en Centroamérica y se han implementado letales ataques militares en el Caribe.

Sandra Martínez, de 32 años, dijo que Machado era una "gran mujer" mientras esperaba en una parada de autobús en Caracas, pero indicó que no está segura de si el premio tendrá algún efecto en su país. "No sé qué puede hacerse con eso para mejorar la situación, pero se lo merece”, expresó Martínez.

Machado, ingeniera industrial e hija de un magnate del acero, comenzó a desafiar al partido gobernante en 2004, cuando la organización no gubernamental que cofundó, Súmate, promovió un referéndum para revocar al entonces presidente Hugo Chávez. La iniciativa fracasó, y Machado y otros ejecutivos de Súmate fueron acusados de conspiración.

Atrajo la ira de Chávez y sus aliados al año siguiente por su reunión en el Despacho Oval con el entonces presidente estadounidense George W. Bush. Chávez consideraba a Bush un adversario.

Su transformación completa en una mujer política llegaría en 2010, cuando fue elegida para un escaño en la Asamblea Nacional, recibiendo más votos que cualquier otro aspirante a legislador. Fue desde esta posición que interrumpió audazmente a Chávez mientras él hablaba ante la legislatura y le dijo que la expropiación de empresas que hacía era un robo.

"Águila no caza moscas", respondió él, un refrán venezolano que se refiere a que los hombres de gran relieve no deben ocuparse de asuntos pequeños. El intercambio de palabras está grabado en la memoria de los votantes.

Machado, de 58 años, intentó llegar por primera vez a la presidencia de Venezuela en 2012, pero terminó tercera en las primarias para ser la candidata presidencial de la Mesa de la Unidad Democrática.

La Asamblea Nacional, controlada por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, destituyó a Machado en 2014 y, meses después, la Contraloría General la inhabilitó para cargos públicos durante un año, citando una supuesta omisión en su declaración de bienes. Ese mismo año, el gobierno la acusó de estar involucrada en un supuesto complot para asesinar a Maduro, quien sucedió a Chávez tras su muerte en 2013.

Machado, una defensora del libre mercado, negó la acusación, calificándola de un intento de silenciarla a ella y a los miembros de la oposición que habían convocado a decenas de miles de personas a las calles en protestas antigubernamentales, las cuales se tornaron violentas a veces.

Durante los siguientes nueve años mantuvo un perfil bajo, apoyando algunas iniciativas anti-Maduro y boicots electorales, y criticando los empeños de la oposición para negociar con el gobierno. Para cuando anunció una nueva candidatura a la presidencia en 2023, sus mensajes cuidadosos habían suavizado su imagen de elitista intransigente, permitiéndole sintonizar con escépticos de diversas tendencias políticas.

Ganó la primaria presidencial de la oposición con más del 90% de los votos, unificando a la facción, según señaló el comité del Premio Nobel. Pero los leales al partido gobernante que controlan el poder judicial del país le impidieron aparecer en la boleta, lo que la obligó a apoyar al exdiplomático Edmundo González.

Caminó por pasos a desnivel, recorrió autopistas, montó motocicletas, buscó refugio en casas de simpatizantes y vio a sus colaboradores más cercanos ser arrestados mientras continuaba haciendo campaña por toda Venezuela. Repetidamente se unió a miles de simpatizantes que coreaban al unísono "¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!" en mítines y les pidió que votaran por González, prácticamente un desconocido que nunca se había postulado a un cargo.

González aplastó a Maduro en las urnas por un margen de más de dos a uno, según los registros de las máquinas de votación recopilados por la oposición y validados por observadores internacionales. Aun así, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, leal al partido gobernante, declaró a Maduro ganador de la contienda del 28 de julio de 2024.

La gente protestó por los resultados en todo el país, y el gobierno respondió con toda su fuerza, arrestando a más de 2.000 personas y acusándolas de conspirar para derrocar a Maduro y sembrar el caos. La mayoría fue liberada en los meses siguientes, pero el gobierno simultáneamente arrestó a docenas de personas que participaron activamente en las actividades de Machado el año pasado.

Algunos de los colaboradores más cercanos de Machado, incluido su jefe de campaña, evitaron ser enviados a prisión refugiándose durante más de un año en un recinto diplomático en Caracas, donde permanecieron hasta mayo, cuando huyeron a Estados Unidos.

González se exilió en España después de convertirse en blanco de una orden de arresto, y Machado no ha sido vista en público desde enero, cuando se sumó a personas que protestaban por la ceremonia de juramentación de Maduro. La incapacidad de ella y de González para evitar que Maduro efectuara nuevamente el juramento de su cargo llevó a una disminución del apoyo.

Desde entonces la confianza de la gente se ha erosionado, principalmente por el apoyo incuestionable de Machado a Trump, incluido el amplio despliegue marítimo de Estados Unidos en el Caribe, desde el que ha llevado a cabo ataques mortales frente a la costa de Venezuela. Esto ha llevado a nuevas divisiones dentro de la oposición, pero ella sigue imperturbable.

“Creo que estamos muy cerca de lograr, por fin, la libertad para nuestro país y la paz para la región”, declaró Machado en una llamada con el Instituto Nobel noruego, y agregó que, “a pesar de que enfrentamos la violencia más brutal, nuestra sociedad ha resistido”.

“Creo que el mundo entenderá ahora lo urgente que es, por fin, tener éxito”, manifestó.

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García Cano informó desde Ciudad de México.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.