Hace unos días ejercí de moderadora en una mesa literaria dentro del festival Rosa y Negro de Tres Cantos, a la que se sentaban los Mola (Agustín Martínez, Jorge Díaz y Antonio Mercero) y también Alice Kellen, los best sellers del momento en el mundo noir y el romántico. Charlando de diversos asuntos relacionados con cada género, aprendí que una novela romántica, para serlo, ha de acabar bien del todo, es decir, con sus protagonistas (los de la historia romántica que vehicula la trama), juntos y felices. Si no, podrá ser una novela de amor, pero no una romántica… Así lo estipulan los cánones y también los lectores (sobre todo lectoras) que penalizan a los escritores (sobre todo escritoras) adscritos a este género, si osan saltarse las normas establecidas.
En el género negro ocurre alg