“Trabajamos durante años para vivir algo así. Hoy estamos a 90 minutos de poder jugar en la élite del fútbol argentino, y eso emociona”, señaló Sastre. Las filas interminables en la sede, la venta acelerada de entradas y las caravanas de hinchas organizándose para viajar, reflejan la magnitud del sueño que abraza a toda la comunidad madrynense.

El dirigente repasó los orígenes de un proyecto que nació hace más de dos décadas, cuando el club apenas soñaba con tener su cancha y competir en los torneos federales: “Arrancamos con una mano, un botiquín y mucho esfuerzo. Hoy ver a Madryn donde está es una historia que emociona a todos los que alguna vez empujamos este sueño”, recordó.

“Hay una gran comunión entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores. Esa unión achica los márgenes de error y

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