Hace tiempo que una sensación de inseguridad ronda por las cabezas de los vecinos de la barriada del Amanecer. Especialmente, desde que el descontrol se ha adueñado de la antigua cárcel de Palma, ubicada a pocos metros de la zona residencial que compone el núcleo principal de esa zona ubicada en los límites de la ciudad, y en la que el perfil de viviendas de planta baja, con acceso directo desde la misma calle, hace que el acceso visual y físico a las mismas sea más fácil que en otros lugares.
Y es que la presencia por la zona de personas de diferente nacionalidad y perfil que pernoctan en el abandonado centro penitenciario de la carretera de Sóller genera una sensación de inquietud entre los residentes, que han reforzado la seguridad en muchos casos e incluso han llegado a organizarse de