Si hay un niño en cualquier parte del Perú que aún se ilusiona luego de ver ayer cómo César Inga recibió un pase de 30 metros, controló con el muslo, encaró, amagó con la izquierda y sacó un zapatazo con la derecha, entonces, la derrota ante Chile puede doler menos. Es un clásico, sí, y contra la ‘Roja’ no se puede perder ni en el “Fu-Man-Chu”, pero si algo de recambio en la selección peruana se sintió en la Florida de Santiago, entonces, este primer paso valió la pena.
Hace tres años, Inga jugaba en canchas de la Copa Perú. Hace 10 meses, la ‘U’ lo sumó a su plantel bicampeón. Y hace unas horas, saltó como titular en la selección peruana por primera vez y jugó como si el futuro de su familia dependiera de cada gota de sudor que entregara en la cancha. Si es así, si las cosas toman en