En la actualidad, con los innumerables avances tecnológicos, las probabilidades de que un celular sea hackeado son cada vez mayores. Los delincuentes digitales no se conforman con los métodos tradicionales : constantemente perfeccionan sus técnicas para hacer que sus ataques sean más sofisticados y difíciles de detectar.

Estos ciberdelincuentes estudian con detalle tanto la psicología de las personas como el funcionamiento de los dispositivos que se usan a diario. De esta manera, logran diseñar estrategias más efectivas para obtener información personal y financiera. Entre esos dispositivos, los teléfonos móviles se han convertido en uno de los blancos principales para el robo de datos.

Reducir el riesgo de ser víctima de un ataque depende, en gran medida, de los buenos hábitos de lo

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