Desde los cinco años, Alejandro Speitzer ha habitado el escenario como si se tratara de su casa. Ha sido el niño que enternece en Rayito de Luz (2000) y la criatura vengativa de Cóyotl: Héroe y bestia (2025). Después de más de dos décadas de transformaciones, cualquiera pensaría que ya nada lo intimida.

Pero la realidad es otra, actualmente Alejandro se encuentra invirtiendo largas horas en ensayos de su primer monólogo, Cruise. Mi último día en la Tierra, que trabaja junto al director Alonso Íñiguez, a quien le pregunta un poco del contexto histórico en que sucede la trama.

“Si algo me hubiera gustado es ir a la escuela de manera normal, no lo hice porque trabajo desde niño, y a pesar de que me encanta el camino que recorrí, hay una parte de mí a la que le hubiera gustado hacerlo de la

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