Miami.— En Washington , la segunda presidencia de Donald Trump se vive como un regreso a la confrontación . El discurso de “ Estados Unidos primero” vuelve a marcar la agenda, pero esta vez el eco es distinto: Estados Unidos no es el mismo que en 2016. La democracia se sostiene, aunque con fisuras muy visibles y el mundo observa cómo la potencia que alguna vez dictaba las reglas del mundo ahora parece debatirse entre reafirmar su liderazgo o encerrarse en sí misma.

Las instituciones , que durante décadas fueron el orgullo del sistema estadounidense , atraviesan un desgaste palpable. La Corte Suprema amplió en 2024 la inmunidad presidencial para actos “oficiales”, un fallo que, según el Brennan Center for Justice , “reduce la capacidad de los contrapesos p

See Full Page