Los hechos por los que fue hallado culpable ocurrieron a fines de 2023, cuando el hombre amenazó a su expareja para forzarla a cumplir una serie de exigencias, incluyendo retirar denuncias previas y volver a convivir con él. Esta intimidación fue realizada bajo amenaza de muerte y en un claro contexto de violencia de género. Posteriormente, durante un allanamiento en su propiedad, la policía encontró un arma de fuego sin el debido permiso legal.
El imputado ya tenía una condena anterior por hechos de violencia contra la misma víctima.
Un cambio decisivo en el juicio. Inicialmente, la acusación fue por el delito de amenazas, sin embargo, en el debate surgieron elementos que llevaron a que la Fiscalía recalifique y pruebe la naturaleza «coactiva» de las amenazas.
La Fiscalía de Lago Pue