Llenos de novedad y promesa, alborotados y exuberantes, los años ‘60 del siglo pasado encontraron a los jóvenes universitarios platenses traduciendo a nuestras latitudes el signo de los tiempos: la búsqueda de una nueva ética y una nueva estética. El debate abonaba el rechazo a la sociedad de consumo, la apuesta por el pacifismo, el libre albedrío, el comunitarismo, la espiritualidad no tradicional, el abrazo a lo natural... A mediados de la década, en una de las facultades locales, un grupo de amigos y compañeros de estudio, unido por esas inquietudes y por la música, empezó a escribir la historia de la mítica Cofradía de la Flor Solar.
“Nos conocimos en Bellas Artes, donde estaban Manija Paz y Morcy Requena, estudiante de periodismo. Ambos, a la vez, músicos oriundos de Entre Ríos” rela