Los estadounidenses disfrutan de la caza. Muchos están dispuestos a dejarlo todo en cualquier momento y adentrarse en el bosque en busca de presas. Sin embargo, los cotos de caza no suelen estar ubicados en el centro de las grandes ciudades y rara vez se encuentran en las afueras de los pueblos pequeños. Por ello, los aficionados a la caza deben recorrer largas distancias para conseguir un valioso trofeo. Casi siempre lo hacen en un vehículo cuidadosamente seleccionado según las necesidades de la caza. Curiosamente, a veces el favorito del cazador no es una gran camioneta estadounidense ni un versátil todoterreno japonés, sino un vehículo europeo. Algunos modelos combinan las mejores características de los coches estadounidenses y asiáticos, lo que los convierte en compañeros fiables duran

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