Donald Trump ha ordenado la suspensión de los contactos diplomáticos de su
enviado especial Richard Grenell con Venezuela, en lo que constituye un nuevo
paso dentro de un engranaje de confrontación. En las últimas semanas, la
estrategia estadounidense ha tomado un rumbo cada vez más agresivo.
Además del despliegue de una flota de guerra frente a las costas venezolanas,
la Casa Blanca ha decretado un estado de conflicto armado y ha dado
instrucciones de atacar. Ya no se trata solo del asedio económico o las
sanciones financieras. Todo indica que Washington ha decidido dejar de lado la
posibilidad de entendimiento político.
EL ULTIMATÚM
La diplomacia, que siempre ha servido de dique de contención de los excesos
del poder, ha sido sustituida por la retórica del ultimátum. Regresa a