Una década separa el crimen que estremeció al Rímac de la captura que puso fin a una larga persecución internacional. Adolfo Ernesto Grosso Zamora, conocido como el “Gordo Adolfo”, fue arrestado en el municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, luego de permanecer oculto casi diez años. Sobre él pesaba una orden de captura en Perú y una Ficha Roja de Interpol por su presunta participación en el asesinato de dos suboficiales de la Policía Nacional del Perú.

El 9 de octubre de 2025, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de México confirmó su detención tras un operativo conjunto con la Marina, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República y el Instituto Nacional de Migración. Su nombre figuraba desde 2016 en los registros de la Interpol. Grosso había logr

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