Las alpinistas inglesas regresan al Chaukhamba III, justo un año después de sobrevivir a la pérdida de su material de vivac y escalada en plena pared, a 6.400 metros

Fay Manners despertó agitada, presa del pánico. Acababa de sufrir una pesadilla nocturna, y sintió una dulce sensación de profundo alivio: se trataba de un mal sueño. Uno en el que moría lentamente, esperando un rescate que jamás llegaría. Pero al abrir los ojos y contemplar el paisaje de montañas del Himalaya indio supo que había experimentado una pesadilla dentro de otra. Se hundió. Acurrucada en una repisa de roca a 6.400 metros de altitud junto a su compañera Michelle Dvorak, rompió el silencio con una aseveración: “Si no escapamos de esta montaña, no creo que pueda soportar otra noche”. Con todo, ambas pasaron una noch

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