El rugido de las guitarras volvió a sentirse en el Estadio Cincuentenario y en Parque Norte. Este puente festivo, Medellín vivió tres días de música en los que el público, la lluvia y el sol fueron protagonistas del mismo espectáculo. La edición número 22 del Festival Internacional Altavoz reunió a más de medio centenar de agrupaciones locales y extranjeras, y demostró que el pulso del rock, el punk y el metal sigue firme en la ciudad.
El sábado abrió con cielo encapotado y agua persistente. La gente llegó de todos modos, cubierta con impermeables, ruanas o chaquetas negras. Entre el barro, las luces del escenario iluminaron muchos rostros que no se movieron un milímetro ante el frío , mientras unos pocos mantuvieron la energía para un par de pogos.
“Yo llegué más o menos a las siet