Solo 24 horas después del éxtasis de ganar la Palma de Oro en Cannes , el cineasta Jafar Panahi obtuvo una victoria aún mayor: subirse a un avión para volar a Terán. No era poca cosa para el cineasta disidente más famoso del mundo, condenado en 2010 por el régimen iraní a seis años de prisión y 20 años sin poder salir de su país, que ahora puede, al fin, moverse libremente. “No pienso en el miedo, si lo tuviera nunca habría hecho cine”, explicaba a RTVE Noticias en el Festival de San Sebastián . “Hago mi trabajo y si tengo que pagar un precio, lo pago”.
Con todo, el director del año se sacude cualquier etiqueta heroica. Sí, ha pisado la prisión e inició una huelga de hambre como protesta, pero opina que la duración de su sufrimiento palidece en comparación de otros represaliados del