La DEA identifica al petróleo mexicano como una nueva fuente de financiamiento del narcotráfico. En su National Drug Threat Assessment 2025, el organismo señala que los cárteles —Jalisco Nueva Generación, Sinaloa, la Nueva Familia Michoacana y el Cártel del Golfo— obtienen o roban petróleo mexicano y lo venden en el mercado estadounidense mediante un sistema de lavado comercial sofisticado. El operativo Top Fuel (Liquid Death) expuso la existencia de una red que, además de traficar metanfetamina y heroína, contrabandea petróleo y gas del mercado negro a través de la frontera Texas–México, con un mismo modelo logístico y financiero.
El documento no es un apunte marginal: forma parte del mapa oficial de amenazas a la seguridad nacional de Estados Unidos. Allí se explica que el contrabando d