La vida es bella, aún sin huellas

Teresa Gil

[email protected]

Llegar a una edad sin huellas, es algo que no fue previsto por la propia persona, pero sobre

todo por las instituciones. Mostrar las huellas es algo fundamental para todo reconocimiento

personal, por eso resulta absurdo que no hubiera y de hecho no lo hay, una forma sencilla de

resolver el problema. Con la Curp Biométrica que está anunciando el gobierno mexicano, se

pretende resolver el problema a partir de la firma electrónica, pero mientras eso sucede y la

gente se inscribe en esa Curp, las empresas que exigen la huella digital se dan vuelo

negando bienes y efectivos a los ancianos que carecen de ellas. Los bancos, amos de los

pobres recursos que uno deja a su resguardo, ponen una serie de condiciones, registro en

See Full Page