“Hace 4 años me recosté a un pasamanos en un segundo piso y se desprendió. Sufrí una lesión T11-T12 en mi columna”. Así fue como, en solo segundos, le cambió la vida a Mayer Leidy Ramírez Manco, una mujer de 30 años que vive en el barrio La Iguaná y se desempeña como manicurista.

Vive sola y, desde su accidente, se le ha complicado ejercer su labor, pues no es fácil desplazarse hasta donde están sus clientas y tampoco tiene un espacio adecuado para recibirlas. Su situación económica no es buena y no cuenta con ningún apoyo.

“Mis gastos son muy altos porque tengo que comprar pañales, sondas, pañitos húmedos, cremas personales especializadas y gasas, ya que también tengo escaras. Debo pagar el alquiler y cubrir mi alimentación, porque, debido a mi lesión y al espacio que estoy habitando, n

See Full Page