La compañía anuncia grandes inversiones en Estados Unidos que afectarán al país vecino. El Gobierno de Carney lo atribuye a la guerra arancelaria y promete hacer todo lo posible en defensa de los trabajadores
El sector de la automoción en Canadá recibió un duro golpe esta semana. La compañía Stellantis anunció un plan de inversión de 13.000 millones de dólares en los próximos cuatro años para aumentar en un 50% su producción en Estados Unidos. La respuesta del Gobierno canadiense y de las autoridades de la provincia de Ontario no ha demorado, ya que la decisión de la compañía tendrá un efecto directo en la planta ubicada en Brampton, localidad cercana a Toronto. La guerra arancelaria que la Administración de Donald Trump inició contra Canadá explica en gran parte esta medida.
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