Quizás la lección más importante sea esta: el orden político moderno es frágil. No se sostiene solo con discursos sino con hechos, y nunca se puede dar por sentado, menos cuando la deslealtad es moneda corriente

Mañana se cumplen 6 años del 18 de octubre . Todavía no entendemos qué pasó realmente. Seguimos hablando del estallido olvidando su lado más visceral: el descubrimiento de que todo lo que parecía sólido era en realidad frágil.

Se acostumbra separar en el 18-O dos fenómenos: la manifestación pacífica y la violencia. Moralmente, claro, hay una diferencia enorme entre quien marcha con una pancarta y quien prende fuego a una estación de metro, saquea un supermercado o lanza piedras a la policía. A pesar de esa diferencia, bajo ambos manifestantes parecía existir algo compartido:

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