Siempre hay algo inquietante en asomarse a un pozo, cierto vértigo, una atracción por el vacío y una sensación rara en el estómago. En La Pedrera, la escultora Cristina Iglesias nos invita a contemplar sus pozos orgánicos con ramas y hojas de helecho entrelazadas.
El agua se va deslizando, acariciando el metal, mientras baja el nivel y se vacía con un delicado rumor . Con un poco de paciencia y una mirada atenta, la escultura respira y el líquido vuelve a llenar el espacio en una experiencia hipnótica cercana a la meditación.
La exposición Cristina Iglesias. Pasajes reúne en Barcelona más de una treintena de obras creadas durante los últimos tres decenios por la artista donostiarra. Su personal lenguaje escultórico vibra en comunión con la arquitectura fluida del edificio de Ant