L a elección de María Corina Machado como Premio Novel de la Paz sorprendió al mundo. Comenzando por la propia galardonada, que desde la clandestinidad entregó un mensaje de esperanza para su país y declaró que este logro es fruto de muchas personas, siendo ella sólo la cara visible de un movimiento que, si bien ha decaído en momentos claves, pareciera revitalizarse con este histórico reconocimiento.
Y es que este premio matiza diferencias relevantes con sus equivalentes en las ciencias o las artes por ejemplo, pues apunta a dinámicas políticas y valóricas principalmente, las que de por sí despliegan criterios muchas veces polémicos y heterogéneamente evaluados. Lo cierto es que la figura de esta ingeniera industrial ha resultado clave en la oposición ante un régimen autoritario cuyo des