Desde la crisis hipotecaria en los Estados Unidos, los mercados tomaron un rumbo diferente. Todo lo que era normal y medible dejó de serlo, y lo que era previsible ya no lo es tanto. Los analistas fallan cada vez más en sus proyecciones y expectativas.
Aunque todo lo anterior podría atribuirse a la liquidez mundial, a la emisión de billetes que han realizado muchas economías y al hecho de que los inversionistas no encuentran dónde invertir sus recursos, existen factores mucho más profundos que hoy nos hacen preguntarnos si el mercado llegó a un techo y se desplomará, o si continuará subiendo.
Se rompieron muchos paradigmas que creíamos imposibles. Los países están mucho más endeudados y, aunque han tenido momentos de alza en las tasas y riesgo de default, como ocurrió en Europa, hoy en