La trágica muerte por un pastel envenenado ha destapado un presunto crimen familiar planeado por una deuda económica; el caso, investigado como doble homicidio, ha generado indignación en todo Brasil por la crueldad del acto.
Lo que parecía un simple gesto de cortesía terminó en tragedia. El pastel envenenado que terminó con la vida de madre e hija se ha convertido en uno de los doble homicidio más estremecedores en Brasil, y las autoridades investigan un posible crimen familiar motivado por problemas económicos.
Ana María de Jesús, de 52 años, y su hija Larissa de Jesús Castilho, de 21, fallecieron tras consumir un pastel que un familiar sospechoso llevó a su casa como “sobrante” de una fiesta a la que ellas no habían asistido.
Cuarenta minutos después de comerlo, A