El AVE Sevilla-Madrid-Huesca ha llegado a la Estación Intermodal con media hora de retraso, lo cual en sí es un desajuste liviano para las costumbres horarias (esto es, de una hora o dos en adelante) de retrasos de las vetustas unidades de la alta velocidad.

Más allá de la incomodidad de la demora del entorno de los treinta minutos que muchos viajeros empiezan a tolerar a base de paciencia estilo Santo Job, a pesar de que cada billete es un contrato de puntualidad y cumplimiento de una serie de servicios que no siempre se cumplen cuando han de ser reubicados en regionales, una circunstancia ha abundado en las carencias del AVE entre las capitales madrileña y oscense.

Al llegar a Tardienta, había viajeros -se supone que no muchos, aunque el número no es atenuante que iban a apearse par

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