La línea del horizonte no tiene nombre. Es un lugar, en el más allá de nuestra vista, que nunca alcanzamos y se hace infinito a cada paso. Pero eso ocurre porque, como su nombre indica, está sujeto a nuestra visión bidimensional, horizontal. Si, en cambio, elevamos la vista y viajamos a las tres dimensiones, el horizonte sí adquiere un nombre: la línea de Karman, el límite entre la atmósfera del planeta y el espacio exterior. O lo que es lo mismo: la frontera existente entre la vida y la incógnita.

En 2029, la empresa Titan Space llevará a esta región a los primeros astronautas comerciales. No será un viaje de turismo, ni una visita anecdótica a la Estación Espacial Internacional. Quienes viajen llevan ya más de un año formándose con el astronauta de la NASA William McArthur y con experto

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