José Gordón, Borja Marrero y Luis Lera son cocineros vinculados a entornos rurales que han sufrido las consecuencias de los incendios forestales o han visto el fuego no muy lejos. Los tres coinciden en lo mismo: la sensación de abandono que se siente cuando las llamas devoran lo que ha costado tanto construir.
El último de ellos, chef del triestrellado Lera de Castroverde de Campos (Zamora), vio cómo los incendios de este verano castigaban sin cesar su tierra, aunque a él no le tocó de cerca, como sí le ocurrió a Gordón, alma mater de El Capricho de Jiménez de Jamuz (León), y a Marrero, cuyo restaurante de Tejeda fue un daño colateral del fuego que arrasó la cumbre de Gran Canaria en 2019.
«El incendio comienza cuando se apaga el fuego porque las consecuencias son brutales», asegura Marr