En un contexto de desaceleración, la feria Frieze mantiene el pulso en ventas, aunque con precios más contenidos y un predominio de los valores seguros
El sector del arte no se desploma, pero sí se enfría. Con el mercado global en retroceso y el estatus intocable de Londres en entredicho, la nueva edición de Frieze, una de las grandes citas mundiales del arte contemporáneo , se celebra esta semana en la capital británica con menos estridencia de la habitual. En los pasillos se impone la tendencia observada en las ferias de los últimos meses: precios más moderados, compras menos compulsivas y una sensación de cambio de ciclo, tras los años de bonanza vividos por el sector en las últimas dos décadas. No es una caída dramática, sino tal vez un cambio de marcha. Más información La geopol