El gobierno de Javier Milei y la Casa Rosada encaran el último tramo de la campaña electoral con una decidida “intervención” externa y con la obligación, luego de las elecciones de medio término, de reacomodar las piezas dentro del gabinete, enviar señales de sustentabilidad política hacia dentro y fuera del país, y relanzar el sistema de alianzas con miras a aplicar las reformas tributaria, laboral y previsional.
Forzado por las circunstancias y con escaso margen de maniobra, Milei se vio obligado a buscar con urgencia el salvataje de la administración de Donald Trump y en especial del secretario del Tesoro, Scott Bessent, cuando el poder de fuego de Banco Central argentino agonizaba y ponía en peligro el esquema de bandas cambiarias. Pero el rescate económico no solo vino con condiciona