Aunque atribuido como el único mural de Frida Kahlo (1907-1954), El mesón de los gurriones no salió de la mano de la pintora.
Hacia 1949, cuando está fechado, su salud había empeorado a tal punto que le habría sido imposible pintar en la cocina de la casa que perteneció a sus padres, Guillermo Kahlo y Matilde Calderón, y ahora funciona como el Museo Casa Kahlo, en Coyoacán.
"Ya estaba demasiado enferma como para subirse a una escalera", opina la experta alemana Helga Prignitz Poda. "Ni siquiera pintó las paredes de su propia casa. Pintaba cuadros pequeños, nunca paredes".
Además de elaborar un catálogo de Kahlo, la historiadora del arte documentó también sus obras perdidas, destruidas o poco conocidas.
"La composición me parece artificial, preparada para esta instalación. Las gruesas r