Salomón Hakim proviene de una de las familias médicas más reconocidas de Colombia. Su abuelo fue un científico brillante, su padre es uno de los médicos más importantes del país y su apellido está ligado a avances que han marcado la historia de la medicina. Pero él decidió tomar otro camino. Eligió emprender. Dejó la bata blanca a un lado y apostó por construir empresa desde cero, sin millones de capital inicial ni fórmulas mágicas; solo con una idea sencilla, mucha fe y disciplina. Con apenas 900.000 pesos y un par de cinturones como inventario inicial, fundó Lazo, una marca que hoy factura millones, fabrica en Colombia y compite de tú a tú con firmas globales.

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Desde que era muy chiquito, he tenido unos papás que siempre me han apoyado. Me acu

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